La falta de ética de Amazon

En mi primer curso de universidad adquirí un ensayo titulado Lo pequeño es hermoso. Inusual en un joven que casi siempre leía novela. Intuyo que lo hice por el título. Me identificaba tanto con él que no pude resistirme al deseo de saber en qué basaba el autor aquellas cuatro palabras.

La llamada globalización concibe el mundo como una aldea. Y a todas horas nos llegan infatigables mensajes en aras a convencernos de que el tamaño importa y de que lo pequeño está abocado a desaparecer. Hay que crecer, fusionarse, aprovechar las sinergias, las economías de escala… o morir.

Y yo, botarate de mí, inconsciente, cada vez simpatizo más con el título de E.F. Schumacher, nadando a contracorriente.

Por demasiadas razones. Como en realidad no son el verdadero motivo de estas reflexiones, me centraré en dos: la responsabilidad y la ética. Y pondré como ejemplo una empresa estandarte de la globalización, que opera en todo el mundo como si de un barrio se tratara: Amazon.

Cuando escribo esto, mi primera novela está a punto de entrar en la imprenta. De manera incomprensible para mí, ya está a la venta en Amazon. Sin haber firmado ningún contrato conmigo, sin pedirme permiso siquiera, sin autorización del autor en definitiva. Bajo el título y mi nombre reza esta frase: “No disponible temporalmente. Puedes comprarlo ya y te lo enviaremos cuando esté en stock.”. Por increíble que parezca, se puede realizar el, dicen, seguro proceso de compra y sentarse a esperar, con inquebrantable paciencia, a que nos envíen la novela.

Así la archiconocida plataforma de comercio electrónico practica con indudable éxito el bochornoso arte de engañar sin decir mentira.

1.- “No disponible temporalmente.”. Cierto, aunque desconocen si lo tendrán alguna vez.

2.- “Puedes comprarlo ya…”. Si asimilamos comprar con pagar es cierto. Aunque difícilmente se puede vender algo que no se tiene.

3.- “…y te lo enviaremos cuando esté en stock.”. No creo que en su ánimo esté estafar a nadie, por lo que de nuevo una verdad irrefutable. No obstante, yo acabaría la frase con un “…a no ser que no lo esté nunca.”. Pero claro, si lo hicieran nadie compraría.

Creo que lo pequeño suele ser más ético que lo grande.

Creo que lo pequeño lo tiene muy difícil para evadir su responsabilidad. En una empresa inmensa, la responsabilidad se diluye en una gran maraña.

No soy abogado, desconozco si Amazon incumple algún artículo de alguna norma de nuestra interminable diarrea legislativa. Lo que sí sé es que su actuación, poniendo a la venta algo que no tienen, no es ética. Y de lo que también estoy seguro es que sería imposible, en el utópico caso de que se quisiese, encontrar un responsable dentro de su infinito organigrama.

Es más fácil dar la espalda a la ética cuando se sabe que se puede escurrir el bulto.

Acabo de encontrar el ensayo en mi biblioteca. Está subrayado hasta la página 60 con el tipo de rotulador verde fosforito que utilizaba en mis estudios. Esta vez acabaré de leerlo. Después de treinta años, sigue siendo de rabiosa actualidad.